¿De dónde vienen los alimentos de tu mesa?

Hoy estamos tan acostumbrado a ir al supermercado y coger lo que nos apetece para comer, que ni siquiera nos planteamos de dónde provienen los alimentos que nos llevamos a la mesa. Tanto es así que muchos niños no saben cosas tan elementales como que la leche proviene de las vacas o que los jamones son las patas de los cerdos. Y se sorprenden enormemente cuando van al campo y ven la fruta en los árboles.

Todo esto ha hecho que florezca un tipo de turismo que está basado, precisamente, en conocer el origen de los alimentos y en saber como se producen. Un ejemplo muy claro está en las granjas a las que van los niños de excursión o de campamento y que ahora también ofrecen plazas para los adultos. Los participantes pueden madrugar para ver como se ordeña a las vacas, incluso pueden intentarlo ellos mismos. Alimentar a los animales y, por la tarde, tal vez puedan elaborar mantequilla o queso con la leche que han recogido ese día.

También están los campamentos orientados a trabajar en el campo, viendo como crecen las cosechas en los huertos o como se plantan los diferentes productos. Los participantes aprenden sobre todo tipo de alimentos y se les enseña a recogerlos, a diferenciarlos y a saber cuando son de calidad y cuando no.

Moler los granos de maíz o de trigo para hacer pan o realizar bollos es otra de las actividades que atraen a mucha gente, que descubren así todos los trucos para lograr que este alimento básico tenga su mejor sabor. O realizar una visita bodega albariño para conocer las técnicas primitivas de recogida de la uva y elaboración del vino y las más actuales.

Estas personas, que en muchos casos han nacido en la ciudad y no han tenido un contacto directo con la naturaleza, suelen disfrutar mucho con la experiencia y quienes les enseñan suelen ser personas que tienen sus granjas y sus negocios en la zona, siendo este tipo de actividad una inyección de dinero extra que les ayuda a poder mantener un sector que tiene cada vez más dificultades para salir a flote, además e crear puestos de trabajo (limpieza, restaurantes) en áreas que no ofrecen demasiadas salidas laborales. De esta forma, más gente puede elegir quedarse a vivir en estos pueblos o aldeas sin tener que marcharse obligatoriamente a las ciudades.