El porche puede ser un lugar en el que pasarse horas y horas o puede ser solo el sitio por el que se pasa para entrar en casa. Puede ser ese lugar especial en el que sentarte a leer un libro al caer el sol en verano, disfrutando del fresco, o el sitio en el que recibes a una amistad para charlar con una taza de chocolate caliente en invierno. El sitio en el que sales con los niños a disfrutar de una partida de parchís o donde te escapas con tu pareja para estar tranquilos cuando están entretenidos jugando. Todo va a depender de si lo conviertes en un lugar acogedor en el que quieras estar.
Una de las formas de hacer el porche más acogedor es con un pequeño tejadillo. El espacio del porche, cuando es cubierto, siempre es más recogido y agradable, aunque no esté totalmente cubierto. En las zonas en las que el invierno es muy largo, puede ser una buena idea acristalarlo para poderlo climatizar y así disfrutar todo el año de este espacio. Esta es una opción muy recomendable cuando la casa no es muy grande, ya que se añaden metros cuadrados útiles y aprovechables todo el año en lugar de tan solo dos o tres meses.
Un revestimiento piedra decorativa puede darle un aspecto mucho más acogedor y bonito. Y puedes colocar un banco para sentarse, que sea ergonómico pero a la vez quede bien con el estilo de la casa. Si tu casa es de un estilo moderno, la piedra lisa y en tonos grises puede ser ideal, con un banco estilo nórdico de líneas muy básicas pero con un buen mullido. Si tu casa es más rústica, la piedra estilo rústico y los bancos de madera natural pueden ser una buena manera de que todo quede combinado.
La forma de decorarlo también va a depender de cómo conecte con el interior de la casa. Si lo hace a través de una cristalera, el porche puede convertirse en una prolongación de tu salón cuando hay invitados, colocando incluso la mesa para cenar en el exterior para disfrutar de una buena noche. Y, si se trata de una pared ciega, puedes decorarla con macetas, plantas o incluso hacer que el banco de obra salga directamente de la pared, como si fuera parte de la misma.