El sueño rodante

La idea lleva tiempo madurando, creciendo con cada imagen de paisajes idílicos y cada relato de viajes en libertad: quiero una caravana. Sueño con esa sensación de enganchar tu pequeña casa al coche y lanzarte a la carretera sin un rumbo fijo, despertar cada día en un lugar diferente, disfrutar de fines de semana improvisados en la naturaleza… Como el presupuesto para una caravana nueva se escapa a mis posibilidades actuales, y además me atrae la idea de dar una segunda vida a las cosas, decidí sumergirme en el mercado de segunda mano. Y, tras una primera exploración, he enfocado mi búsqueda principalmente en Asturias.

¿Por qué Asturias? Bueno, en parte fue por la cantidad de anuncios interesantes que empecé a encontrar en portales online ubicados allí. Parecía haber una oferta considerable y variada, quizás por la gran afición al campismo que hay en el norte o por la presencia de varios compraventas especializados. Desde Vigo, donde vivo, no es un viaje excesivamente largo, y la idea de explorar el mercado asturiano me pareció prometedora. Así que, mis últimas semanas han consistido en pasar horas navegando por webs de clasificados, foros de caravaning y páginas de empresas de compraventa asturianas, aplicando filtros por precio, número de ambientes (busco algo versátil, quizás dos o tres ambientes), peso (fundamental para que mi coche pueda remolcarla legalmente) y, por supuesto, estado aparente. He guardado ya unas cuantas candidatas.

Claro que comprar caravanas de segunda mano en asturias, y más basándose inicialmente en fotos y descripciones online, tiene sus particularidades y riesgos. Mi principal preocupación, y la de cualquiera que busque una usada, son las temidas humedades. Sé que tendré que revisar a conciencia cada rincón, buscando manchas, oliendo, palpando paredes y techos en busca de zonas blandas. Además, hay que comprobar el estado del chasis, los neumáticos, el funcionamiento de los electrodomésticos (nevera, cocina, calefacción si la tiene), las ventanas, las claraboyas y, fundamentalmente, que toda la documentación –la ficha técnica verde (Tarjeta de Inspección Técnica)– esté en regla y corresponda con la caravana.

De momento, ya he establecido contacto con los propietarios de un par de caravanas en Asturias que me parecen especialmente interesantes, uno particular y otro un profesional del sector. Hemos intercambiado mensajes, más fotos, he resuelto algunas dudas iniciales… pero sé que el paso decisivo es ir a verlas en persona. Por eso, estoy organizando una escapada a Asturias próximamente, con el objetivo de inspeccionar mis candidatas finalistas. Implica coordinar las visitas, dedicar tiempo y hacer unos cuantos kilómetros desde Vigo, pero es un paso imprescindible antes de tomar una decisión tan importante.

La búsqueda es un proceso que requiere paciencia, investigación y un ojo crítico, pero no puedo negar que también es emocionante. Cada anuncio que encaja, cada conversación con un vendedor, me acerca un poco más a ese sueño rodante. Confío en que mi incursión por tierras asturianas sea fructífera y que pronto encuentre esa caravana de segunda mano que se convierta en mi compañera de aventuras y descubrimientos.