Conciliar el turismo con la conservación del medio ambiente es uno de los mayores desafíos de nuestro siglo. Un paradigma en este sentido es el Parque Nacional de las Islas Atlánticas en Galicia, reconocido por Green Destinations como uno de los destinos más sostenibles del mundo. Su secreto reside en las medidas que ordenan su afluencia turística, como la obligación de presentar entradas islas cíes xunta de galicia para acceder a este espacio natural.
Frente a las rías de Vigo, Arousa y Pontevedra, las Islas Atlánticas son depositarias de un extenso patrimonio natural que comprende las furnas o cuevas naturales, rarezas como la mariposa macaón, un gigantesco bosque de laurel o la mayor colonia de gaviota patiamarilla y de cormorán moñudo de la Península.
Esta biodiversidad estaría en riesgo sin un plan de medidas orientadas a su preservación, sin perjudicar el turismo y su impacto benéfico en las comunidades locales. Esta difícil conciliación ha llevado al programa Green Destinations a incluir las Islas Atlánticas en su ‘Top 100 de Global Green Destinations Days’, privilegio al alcance de pocos.
El turismo sostenible de este parque gallego es fruto de una serie de medidas y restricciones, como la necesidad de obtener un permiso o la limitación del aforo (p. ej., en las Islas Cíes es inferior a dos mil al día). De este modo, las autoridades ejercen un control exhaustivo del flujo de visitantes, minimizando los riesgos para la fauna y flora autóctona.
Concienciar al viajero en las casetas informativas y los centros de visitantes previene las «agresiones» al ecosistema por desconocimiento, mientras que las actuaciones de mala fe se disuaden por medio de multas de hasta trescientos mil euros.
Para visitar cualquiera de los archipiélagos que conforman este parque (Cíes, Ons, Sálvora y Cortegada), es preciso reservar con una de las navieras disponibles, y a ninguna de ellas le está permitido expedir un pasaje sin la correspondiente autorización de la Xunta de Galicia.