Arañando segundos al crono

Hace tiempo que me aficioné al triatlón porque combinaba dos de mis deportes favoritos: la natación y el ciclismo. Correr no era algo que hiciera tan a menudo, pero una vez que me metí con ello empecé a cogerle el gusto, aunque después de estos años sigue siendo la parte que más debo mejorar. Y así como cuido al milímetro el material que uso en la bicicleta, a la hora de ponerme las zapatillas de correr también hay que tener en cuenta el material.

No tengo ninguna intención de convertirme en profesional y sé que nunca voy a ganar una prueba amateur porque por mi trabajo no puedo dedicarle el tiempo que me gustaría a la preparación física, pero todos los que nos dedicamos a esto con pasión sentimos una especie de ansiedad por bajar el tiempo en cada prueba. Cada segundo cuenta y todo ayuda. Fijaos en que hasta he cambiado a cordones triatlon para bajar unas décimas al crono. 

¿Que unos cordones pueden ayudar a mejorar el tiempo? Por supuesto que lo hacen. Tened en cuenta que las transiciones entre una disciplina y otra a menudo es un momento crítico en el que los nervios pueden jugar una mala pasada. Sucede al quitar el neopreno o al montar en la bicicleta. ¿Cuántas pruebas de profesionales se han ganado o perdido en las transiciones? En este sentido, los cordones triatlón facilitan al máximo el momento en el que nos calzamos las zapatillas. Unos cordones tradicionales pueden agarrar perfectamente, pero nos hacen perder unos segundos preciosos. Así es este deporte.

No cabe duda de que el mayor desembolso económico que debe soportar un triatleta es la bicicleta: nada se puede comparar a esto. Unas ruedas se pueden ir fácilmente a más de 2.000 euros. Teniendo en cuenta esto, ¿qué importa unos euros arriba o abajo si hablamos de unos cordones? Aunque los no iniciados en este deporte no entienden todo este esfuerzo que hacemos en bajar segundos al crono, al final se trata de una pasión: y como cualquier pasión es difícil de explicar para los que no la sienten.