Cuando te compras un teléfono móvil, al igual que cualquier otra compra que hagas de ese tipo, cuentas con una garantía. La garantía del teléfono te cubre cualquier defecto de fabricación. Si el terminal falla durante el tiempo de la misma, que puede el legal o puede estar ampliada por el establecimiento, la reparación es cubierta sin coste alguno para el cliente. La garantía es un derecho del cliente y es obligatoria.
Por otro lado, está el seguro del movil. Mientras que la garantía cubre los defectos de fabricación o fallos debidos al propio aparato, el seguro cubre los accidentes. Es decir, si el teléfono deja de funcionar porque una pieza se ha estropeado no durando el tiempo que debería, es repuesta por la garantía. Pero si el teléfono se cae y rompe la pantalla, entonces eso lo cubriría el seguro del teléfono, ya que es un accidente ajeno a la fabricación del móvil.
El seguro del móvil es un contrato de carácter voluntario y que tiene la duración que el cliente y la compañía de seguros fijen, normalmente de un año que se va renovando si así lo acuerdan ambas partes. No hay que confundir la duración del contrato con la forma de pago. Muchas veces, se acuerda un contrato anual, aunque este se pague mensualmente. El cliente tiene la obligación de pagar durante todo el año igual que si realizara una compra fraccionada excepto en los supuestos que puedan estar recogidos en el contrato.
Las garantías del teléfono están recogidas en la ley. El establecimiento en el que se compra el aparato puede ampliarlas, pero no puede recortarlas. Las coberturas de un seguro son fijadas por la compañía aseguradora. El cliente puede elegir qué coberturas quiere y cuáles no, ya sea una a una o ya sea escogiendo entre diferentes paquetes que le son ofrecidos, lo más habitual.
Esto quiere decir que de una compañía de seguros a otra pueden variar mucho las condiciones y los precios, por lo que hay que comparar antes de contratar con alguna de ellas. Así, podremos conseguir siempre el máximo de cobertura por el menor importe. Es importante entender qué es lo que está incluido y qué no lo está antes de firmar un contrato para evitar malos entendidos o pensar que tenemos cubiertos riesgos que realmente no están incluidos en el seguro.