– Camisetas del FC Barcelona. Para los aficionados al fútbol, visitar el estadio del Barcelona es parada obligada. Incluso si no son de ese equipo. No hay duda de que se trata de una leyenda del fútbol y que cualquier aficionado estará encantado de poder visitar el Camp Nou y comprarse una camiseta o cualquier otro recuerdo en su tienda. Si el viaje se organiza con tiempo, tal vez sea posible conseguir entradas para ver un partido en directo, una experiencia que puede ser impresionante al tratarse de un campo enorme con un ambiente único.
– Camisetas del Español. Aunque este equipo no es tan conocido fuera de España ni tiene tantos fans en el resto del país, lo cierto es que también cuenta con sus admiradores. La visita a Barcelona es una buena ocasión para hacerse con la camiseta del jugador favorito o con cualquier otro artículo oficial del equipo.
-Un lagarto de mosaico. El lagarto del Parc Güell diseñado por Gaudí es todo un referente de la ciudad. Por eso, muchas personas se compran una reproducción de este animal para llevarse a casa y poder recordar la experiencia cada vez que lo ven. Es también un buen recuerdo para regalar a quienes no han tenido la suerte de poder viajar con nosotros.
-Aprovecha para conseguir objetos para tu afición. Si te enamora la pasamanería puedes aprovechar para visitar las pequeñas mercerías de los barrios más característicos de la ciudad a la búsqueda de piezas de pasamaneria barcelona únicas y diferentes. En las pequeñas mercerías hay, con frecuencia, tesoros ocultos que están esperando a que los descubras. Solo tienes que marcar las mercerías que quedan cerca de tus rutas turísticas y matarás dos pájaros de un tiro en tus paseos.
-Baldosas de cerámica. El modernismo está muy unido a Barcelona y las baldosas con este estilo son un regalo que, con frecuencia, se adquiere en la visita a la ciudad. Reproducen los dibujos de los lugares más característicos y son ideales para colgar en la pared y también para regalar. Las reproducciones de estos motivos también podemos encontrarlas en otros objetos de regalo, como abanicos o pastilleros para poder llevarse todo tipo de artículos y regalar algo diferente a cada persona. No obstante, las baldosas son, sin duda, las más originales y bonitas de todos estos recuerdos típicos de la ciudad.