La publicidad del gimnasio 

El mundo está cambiando y los gimnasios también. ¿O se podría decir que los gimnasios son los principales responsables de que el mundo cambie? Bueno, quizás sería exagerado, pero es cierto que en nuestra sociedad el gimnasio está adquiriendo una gran importancia: para algunos usuarios es una parte importancia de su ocio, para otros es la esencia de su estilo de vida. E incluso hay quien habla del gimnasio como si fuera una especie de terapia. Y de esta manera, los gimnasios proliferan como setas.

Hace años era inconcebible que un gimnasio estuviera abierto a la calle de forma que todo el que pasara por allí viera a los usuarios quemando depósitos grasos, pero ahora es lo común: nadie tiene por qué avergonzarse de hacer ejercicio. Todo lo contrario: a muchos les ‘pone’ que les vean hacer sus rutinas. 

Y así es como el gimnasio ha ido cambiando, incluso de cara a vender su imagen. Nadie imaginaba hace poco tiempo que un negocio de este tipo pudiera crear un anuncio en el que apareciera una persona con sobrepeso. Eso era impensable: aunque la realidad es que a buena parte de los usuarios de un gimnasio les sobran kilos… para eso van al gimnasio. Pero asociar gordo con gimnasio suponía ‘demasiada realidad’. Y la esencia de la publicidad, generalmente, es vender un mundo que no es real, una aspiración, un sueño o una ilusión. Pero esto también está cambiando…

Y así es como un gimnasio ha tenido la valentía de colocar a una chica con sobrepeso en su anuncio. Y también hemos visto a una mujer obesa en un anuncio de compresas. Porque la obesidad existe y el gimnasio está lleno de personas que van a quemar sus depósitos grasos.

Hace tiempo leí algo sobre esta sociedad ‘gordofóbica’. Y algo de razón tenía el artículo. Estamos concienciándonos para aceptar la diversidad, pero lo de los gordos parece que cuesta un poco más. Al margen de cuestiones relacionadas con la salud, que es otra historia, los gordos existen: ¿Por qué no van a aparecer en el anuncio de un gimnasio?