Pedir ayuda 

Soy muy cabezón para algunas cosas, como todo el mundo supongo. De hecho, conozco pocas personas que no citen la tozudez como su principal defecto, una forma elegante de no admitir públicamente los verdaderos defectos. Pero en mi caso sí es algo negativo en aspectos como resistirme a pedir ayuda cuando no sé hacer algo bien, o alguien de mi alrededor lo sabe hacer mejor que yo. 

Parece que me gusta ser un poco sufridor y no ser práctico. Lo normal es que si no te sale algo bien es pedir ayuda, pero yo erre que erre. Por suerte, de vez en cuando, se me enciende la luz y desisto, lo cual no es un defecto, sino una virtud en según qué casos. Así fue como pedí auxilio a un nutricionista experto en Ourense tras meses de intentar seguir una dieta y no conseguirlo.

Me dije que podía hacerlo yo mismo, revisando dietas y planes por internet y tirando de fuerza de voluntad. Pero ni lo uno ni lo otro. El problema que tiene internet es que hay poco filtrado de información como sabemos todos y no siempre se encuentra la información que uno precisa, y con la nutrición hay mucho aficionado dando consejos de experto y eso no era lo que yo necesitaba. Pero me fie y seguí alguna dieta sin demasiado éxito. Porque tampoco es que vaya sobrado de fuerza de voluntad, aunque a veces piense que sí. 

Por eso la mejor decisión fue acudir al nutricionista experto en Ourense y dejar en mano de un verdadero profesional mis problemas nutricionales. Porque no solo buscaba perder peso, sino también cambiar algunas costumbres de cara a establecer un patrón alimentario más sano, ahora que ya me voy haciendo mayor, como se suele decir.

Y el nutricionista hizo lo que esperaba. Primero se trata de hacer un estudio sobre las condiciones físicas del cliente para después elaborar una dieta en consonancia a las mismas. Y al tener la presión de una persona ‘externa’ logré conseguir la continuidad que me faltaba. Un poco menos de tozudez hace la vida más fácil.