La clave para un rostro bonito es una piel sana. Si falla esto, falla todo lo demás. Por eso, el dermatólogo es el mejor aliado para tu belleza. Si estás de acuerdo con esta máxima, tendrás que estarlo en que para cualquier tratamiento cara la supervisión de este especialista médico es imprescindible.
Las clínicas de tratamientos de belleza en las que hay un dermatólogo al frente son las más valorada por los clientes. Además, algunos tratamientos solo pueden ser administrados por un profesional médico y cuál mejor que el dermatólogo.
Por ejemplo, muchas personas acuden a realizarse peelings químicos una o dos veces al año para retirar todas las pieles muertas. Un buen momento para realizarlos es a finales del verano. No solo permiten sanear antes una piel que ha sido dañada por el sol, sino que consiguen que el tono moreno se mantenga durante más tiempo.
Pero el peeling químico no es para todas las pieles y hay que tener mucho cuidado a la hora de administrarlo. Si antes de someternos a esto sabemos que un dermatólogo examina la piel de nuestro rostro y da luz verde al mismo, la tranquilidad será máxima.
Evitamos así que alguien que no tiene los conocimientos necesarios nos haga un peeling químico y acabe dañándonos la piel, causándonos rojeces o incluso reacciones más graves. Y, además, nos podrán recomendar qué otros tratamientos hacer para mejorar los resultados, como por ejemplo, una hidratación profunda, muy necesaria en algunos casos.
Además, el dermatólogo es el profesional que mejor puede recomendarnos cuál es el tratamiento adecuado en el caso de que tengamos un problema de rosácea, si tenemos arañas vasculares en el rostro o si hay cicatrices debidas al acné. No se trata solo de los tratamientos médicos, sino también de los estéticos. Estos profesionales garantizan la correcta aplicación de los mismos y que siempre se elija el que proporciona mayores beneficios a cada persona.
Pero no se trata tan solo de los tratamientos estéticos. Cualquier dermatólogo puede ayudarnos a tener una piel más bonita recomendándonos los mejores productos para nuestro rostro o dándonos una orientación general al decirnos qué tipo de piel tenemos o qué problemas existen en nuestra cara y cómo deberíamos de solucionarlos.
Así, la belleza de nuestro rostro comenzará con una piel sana, bien cuidada y que se traducirá en luminosidad y en un aspecto bonito y juvenil.