Vivir sin estómago

Tras el diagnóstico de un tumor de estomago algunos pacientes son sometidos a una gastrectomía, una operación que consiste en la extirpación total o parcial del estómago. Cuando la gastrectomía es radical el paciente tendrá que acostumbrarse a vivir sin estómago, algo que puede parecer imposible pero no lo es.

Cuando a un paciente se le extirpa el estómago se encuentra con que tiene que cambiar de manera radical su forma de alimentarse. Para empezar, si el nervio vago ha sido afectado, tal vez no vuelva a tener nunca más la sensación de hambre. Por eso tendrá que recordar que tiene que comer y que tiene que hacerlo en cantidades suficientes.

Pero si antes podía consumir un plato de alimentos completo, ahora tendrá que comer en cantidades muy pequeñas ya que no cuenta con la bolsa que el estómago forma en donde almacenar el alimento para que pase gradualmente al intestino. Por el contrario, lo que se ingiere pasa directamente al intestino que puede colapsarse si se come demasiado, causando vómitos o diarreas.

En el estómago la comida se mezcla con enzimas y se forma una sopa que es la que pasa al intestino. Al no haber estómago, la comida pasa de manera directa y puede haber muchos problemas a la hora de digerirla. Los vómitos y las diarreas pueden ser muy frecuentes.

Por eso se recomienda comer papillas o alimentos batidos, en muy pequeñas cantidades y muchas veces al día. Lo mismo sucede con el agua, que tiene que tomarse muy poco a poco en sorbos pequeños y de manera separada de la comida.

En algunos casos el médico puede recomendar consumir enzimas digestivos junto con los alimentos para favorecer un proceso digestivo más eficaz. También es frecuente tener que tomar productos para el ardor porque el alimento vuelva al esófago y este se irrite.

Con el paso del tiempo el paciente se acostumbra a alimentarse de una manera distinta y el cuerpo también se adapta a vivir sin estómago por lo que todo es más fácil. No obstante, hay que tener claro que no se pueden dar falsas expectativas al paciente.

Esto quiere decir que hay que dejarle claro que no va a poder comer como antes nunca, y que tendrá que cuidar todo lo que ingiere el resto de su vida, aunque tal vez no necesite comer siempre purés y pueda consumir alimentos sólidos.